باب العمود | للشاعر علي العامري (فلسطين – الأردن)

Bab Al-Amoud | by Ali Ali Al Ameri (Palestine – Jordan)

translated by Ashraf Aboul-Yazid
 

We were there
as if we had been here.
Time entered place,
and a bird perched on Bab Al-Amoud (Damascus Gate)
as if it were the soul of the stone.

A gate crowned with marble clouds,
guarding the ancient shadow,
leading the path to Al-Aqsa,
to the bells of Resurrection,
to Al-Buraq,
to the legacy of our ancestors in meaning.

It leads us to the Oil Khan,
to a marbled fragrance,
to our first names.
It leads us
to a siesta beneath the shade of a vine,
to our first markets,

and it leads us
to
our
first
stairs,

to Noura, who cried:
“This is my captive home.
Here I was born.
Here I crawled.
Here I laughed.
Here I walked.
Here I cried.
Here I grew.
Here I toiled.
I gave birth to my children here.
And I climbed stair by stair.
I watered the roses, the cactus, and meaning itself.
I lit up the memories
just as they lit me, here.

I am the neighbor of Al-Aqsa,
and my window overlooks the domes of Jerusalem,
and the gilded shadows in the engravings.
Here are my roots,
the path of my pain and dreams.
Here the Palestinian flag rises
in the anthem of our homeland’s soil —
rises into eternity.”

We were here
as if we had been there.
Place entered time,
and a sparrow perched on Damascus Gate
like a carving fluttering in stone.

 

 

• Bab Al-Amoud

• Ali Al Ameri (Palestina – Jordania)

(Traducción: Abeer Abdel Hafez)

 

Estábamos allí

como si estuviéramos aquí.

El tiempo se enlazó en el espacio,

y un gorrión se depositó en Bab Al-Amoud, como si fuera el alma de la roca.

Una puerta coronada por una neblina de mármol, protegía la antigua sombra,

y guiaba hacia el camino de Al-Aqsa, hacia la campana de la resurrección,

al Buraq, a la historia de los antepasados y el meollo profundo.

Nos lleva a Jan Al-Zayt, a un perfume consistente, a nuestros primeros nombres, a una siesta bajo la sombra de una parra, a nuestros primeros azaques,

Nos lleva

a nuestras

primeras escaleras,

hacia Nora, que gritó:

Aquí está mi casa cautiva. Aquí nací. Aquí gateé. Aquí me reí. Aquí caminé. Aquí lloré. Aquí crecí. Aquí me cansé. Di a luz a mis hijos aquí. Subí de un escalón a otro. Regué las rosas, el cactus y el significado. Encendí los recuerdos como ellos me encendieron a mí, aquí. Soy vecina de Al-Aqsa, y mi ventana da a las cúpulas de Jerusalén, y al dorado resplandor del retro grabado. Aquí están mis raíces, el sendero de mis penas y sueños. Aquí ondea la bandera palestina en el himno de nuestra tierra nacional, subiendo hacia la eternidad.

Estábamos aquí

como si estuviéramos allí.

El tiempo se enlazó con el espacio,

y un gorrión se posó en la puerta de Damasco,

como si fuera un retro grabado que aletea en la roca.